Sábado por medio suele venir Rosi a casa. Las actividades y la rutina agitada (?) me llevan a contratar a alguien para que resuelva el tema de la limpieza de mi hogar, aunque sincerándome creo que la causa de esto es la vagancia. Bueno, como sea. La primera vez que la vi me costo descifrar su edad. Me di cuenta al toque de su nacionalidad pero su edad era un misterio. Podía tener 25, 30 o 40 años. Además no hablaba mucho (yo tampoco le sacaba tema) lo que hacía mas difícil intuirlo.
Increíblemente me enteré, luego de un tiempo, que tiene 24 años. Más allá de sorprenderme mucho, me chocó un poco que sea más chica que yo. No se por qué, fue una sensación rara. Pero lo loco que me lleva a hablar de Rosi (seguramente suceda también con otras trabajadoras del gremio) es la telaraña de conexiones entre personas que genera, y la cantidad de información que maneja sobre gente que se conoce y se va recomendando a la persona de limpieza. Ya se que suena un poco paranoico, pero no lo digo desde ese lado. Lo que quiero resaltar es la oportunidad de conectar vidas y entender historias que brinda el hecho de pasar gran cantidad de tiempo con las cosas más íntimas de distintos grupos de personas que, en algún punto, se relacionan. Son antropólogos de edificio. Rosi podría escribir tranquilamente un libro acerca de cómo vive, trabaja y estudia un puntaltense promedio en Capital (yo soy de Punta Alta y Rosi limpia la casa de varios amigos y conocidos oriundos de esa ciudad).
La relación con Rosi es rara. Mi hermano no la tutea, como si fuera una señora mayor, pero tienen más o menos la misma edad. Fer, una amiga, le cuenta todo, no para de charlar y sacarle tema de conversación cada vez que va a su casa. Le prepara un té y le explica con lujo de detalle lo que hizo el día anterior. Una vez, en una confusa noche, le di unos besos a una amiga de Fer. De casualidad me enteré que Rosi también le limpiaba su casa. Al tiempo de esto me dice Rosi, ¿usted conoce a la señorita “tal”? (no recuerdo el nombre, fue confusa la noche). De prácticamente no hablarme paso a preguntarme sobre esta piba. O sea, escuchó cosas, charlo un poco y se armó el cuentito. Andá a saber lo que le habrá contado sobre mi. Pero bueno, es así, por más normal que parezca, este trabajo logra ir más allá. Las mujeres que se dedican a limpiar casas se ven películas 3D a diario. Interpretan, relacionan y se arman sus historias, estando en contacto con los elementos más cercanos de los protagonistas.
Mañana es sábado y Rosi cae a las 9hs. Creo que le voy a sacar más charla. Tal vez Rosi on Saturday no sea capitulo único.
Martín Pato
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