La gran pregunta es: ¿Como conectarnos a ese nivel emocional/mental mas tiempo?, ¿como equilibrar esas sensaciones? Sabemos que la vida es una mezcla de momentos malos y buenos, un quilombo de sentimientos y pensamientos difícil de estabilizar, pero ¡que bueno que está cuando la cosa se vuelca a nuestro favor, ¿no?!...
Si de algo estamos seguros es que hay muchos ingredientes que condimentan estas cuestiones y nos interfieren en la conexión con nuestro deseo. Algunos podrían ser situaciones familiares, prejuicios de la sociedad, ideologías cegadoras, modelos establecidos, caminos supuestamente correctos por los que hay que ir, neurosis, mucha neurosis, etc., pero fundamentalmente miedo al cambio. Miedo que se presenta de diversas maneras y que busca constantemente justificaciones “románticas” para seguir ahí y cuidar su lugar, miedo que nos paraliza sin siquiera percibirlo.
¿Adonde voy con todo esto? A contarles que “Pasiones del Espíritu” es un libro que estoy leyendo por estos días y de alguna forma me acerca a estos temas. El autor se llama Irving Stone, escritor y biógrafo de personajes históricos de gran fama. Nació en Estados Unidos en el año 1903 y falleció en el año 1989. Este señor nos cuenta, en formato novela, la historia de vida de Sigmund Freud. Uno de os genios del siglo XX y principal revelador de los misterios de la mente humana.
Lo lindo de este libro de 900 páginas, que por cierto todavía no termine de leer, es la forma en que Stone habla y nos cuenta sobre Sigi, como le decían los amigos. Vemos a un Freud joven, enamorado, atravesando una lucha existencial constante y dedicándose a la ciencia como podía. Siempre transitando caminos difíciles pero propios. Todo el tiempo se lo percibe en la búsqueda de esa conexión y ese equilibrio entre su amor por Marta y el deseo de formar una familia, y su pasión por la ciencia y la investigación, que tan poco redituables eran para llevar adelante su deseo de construir un hogar. Además muchas veces sus actitudes profesionales tan inquietas lo ponían en contra de ciertos sectores de la sociedad que negaban todo lo nuevo y se aferraban a la seguridad del pasado.
Es una historia que, por lo menos al comienzo, nos toca a todos. Como dije antes, todavía no lo termine, pero rescato ese entusiasmo y amor por la vida que deja traslucir la primera mitad del libro. Entusiasmo y autenticidad, dos valores (lo son, aunque en general no se los considere como tales) que a mi entender se vuelven fundamentales en estos tiempos que nos toca vivir.
Por: Martín Pato
Imagen: Cele Volpe
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